REFUGIADOS

Hacemos mención especial a las personas desplazadas de donde vivían por la guerra, el hambre, las epidemias y enfermedades de todo tipo, o la imposibilidad de garantizar un mínimo de condiciones de seguridad y supervivencia allí donde residían.

Todos los seres humanos tenemos derecho a refugio, a vivir en paz. Sin embargo este derecho es pisoteado una y mil veces cada día, también al imponer leyes que bloquean la libertad de las personas de circular de un país a otro, de buscar amparo y protección.

A principios del 2008 hay decenas de millones de personas desplazadas, refugiadas en pequeñas o grandes agrupaciones de personas, como pueblos o ciudades, pero carentes de casi todo, dependientes totalmente de la ayuda humanitaria que reciben del exterior, sin poder desarrollar ningún trabajo productivo.

Muchas veces esta situación de refugiado se prolonga durante años, hecho que rompe totalmente a las personas, haciéndolas dependientes en su totalidad de lo que otros les lleven para comer, cuidarse, beber, limpiarse.

La situación de las personas refugiadas corresponde a una vida de supervivencia, de falta de dignidad, es un estado de forma de vida que tendría que estar prohibido y contra el cual no basta voluntarismo, hacen falta hechos concretos con apoyo político y económico.

También y de forma desesperada clamamos Justicia para erradicar esta forma de vida. En especial clamamos para que Naciones Unidas aumente las ayudas a los refugiados, más aún en estos momentos donde los saldos económicos para los refugiados, ACNUR, se están agotando dado el gran volumen de personas que dependen de ella, por otro lado los ingresos correspondientes a las aportaciones de las naciones que forman parte de la ONU son cantidades insuficientes, muy reducidas para hacer frente a las necesidades urgentes de los refugiados.

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